viernes, 8 de agosto de 2014

Poema 31.7.14

Bebo veneno con avidez, 
vertiéndolo una y otra vez
 en esta verde copa. 
 Nunca me sacia, 
 mas tampoco se acaba 
esta ponzoña que mi boca disfruta. 
Atrapo con la lengua
 cada gota que huye 
cada chorro que fluye 
viscosamente hacia la Tierra
 para que no se pierda. 
Y río, 
y lloro,
 mientras mi corazón se corre dulcemente loco. 
No, no me retiréis la copa, pues estoy sola. 
Ella me sirve pseudoendorfinas. 
Y trago,
 profundamente,
 hasta sentir la Muerte 
 en los dedos de mis pies. 
Mientras,
 me arrodillo bajo el retrato inocente de tu mirada indiferente
 para que 
 mojada en veneno
 me parezca, más bien, que me comes con deseo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario